´´Estaba dando clases en nuestra aula de la galería cuando de repente ruido, voces, gritos, risas. Pensé conchisumá quién está haciendo este bardo a esta hora y salí en plan vecina indignada a pedir que bajaran la voz. Di dos pasos y me encontré con mi noviecita de sexto grado @lauragamberg que me explicó que era una presentación de un libro. Entre el viaje de nostalgia la curiosidad, bajé cinco cambios.
Se estaba presentando “Parte de la felicidad” de Dolores Gil. Había escuchado buenos comentarios, pero no lo había leído. Lau me presentó a la autora, me llevé un ejemplar y le pedí a la autora que lo firmara.
Esa noche, después del taller, lo terminé.
Es muy difícil contar por qué me gustó tanto sin arruinarles la lectura. Las primeras diez páginas me generaron una angustia que no sentía hace tiempo leyendo. Y todo el resto del libro es el camino para ir saliendo de ahí de a poco, suavemente. Tiene, en ese sentido, una estructura extraña: arranca con el momento de máxima tensión dramática y el resto es la lucha por superar/entender/ubicar/transformar eso que pasó. A la autora, en su vida y a nosotros, leyendo. No quiero decir de qué trata. Ni siquiera lean la contratapa. Léanlo. Es corto, sencillo, redondo y muy potente. Y por eso lo sumamos a la librería de @elcuaderno.azul´´
***
Juan Sklar, sobre Parte de la Felicidad, de Dolores Gil