Esta novela-diario-relato de viaje tiene las tres virtudes que hacen a un buen libro: se devora, perturba, calienta. Con desparpajo y ternura, Juan Sklar desarma los tópicos del viaje a la India y encuentra ahí mística y sexualidad, consumo y muerte, neurosis y belleza raspada: una India que es el espejo irónico de un argentino que quiere saber quién es.